Somos dos mujeres emprendedoras que hemos trabajado por cuenta ajena y que también hemos tenido negocio propio.

Teníamos ganas de montar un proyecto juntas que tuviera un significado especial para nosotras y un valor añadido a nivel social.

Íñigo, el hijo de una de las socias, tiene un trastorno generalizado del desarrollo producido por una falta de oxígeno al nacer, que le provocó una epilepsia de ausencias y sigue manteniendo en la actualidad, a pesar de haber cumplido los 15 años. Esto se traduce en problemas del lenguaje, conducta, lectoescritura, atención… Básicamente en un problema de aprendizaje en todas las áreas.

A pesar de estas circunstancias, Íñigo es un niño alegre y disfrutón, con una capacidad de superación que ejerce día a día en sus tareas más sencillas. Tiene un carácter sociable y cariñoso, empatiza con su entorno, por lo que se hace querer por todo el que le conoce.

A Íñigo le encanta la música y bailar, trastear con herramientas y viajar en todo tipo de transportes, especialmente en trenes y autobuses. Disfruta de la naturaleza y del contacto con los animales.

Desde siempre le ha gustado elegir sus propios calcetines, sus diseños favoritos son los de dibujos y colores alegres. Bien es verdad que de pequeño le daba igual el diseño, siempre eran el objetivo de su enfado, terminando con un agujero en un lado u otro. Este es el motivo por el decidimos dedicarnos al mundo del calcetín.

Íñigo ha sido nuestra fuente de inspiración en este proyecto, por eso tomamos la decisión de donar parte del beneficio a fundaciones/asociaciones que trabajan en investigación y terapias con niños con algún tipo de trastorno neurológico o discapacidad. Actualmente colaboramos con la Fundación Prodis, a la que donamos la mitad del beneficio de cada par de calcetines. También hemos puesto en marcha un proyecto muy bonito con Lacasitos, hemos diseñado y fabricado junto con ellos un calcetín solidario, en cuyo caso es el 100% del beneficio lo que les donamos.

También hemos colaborado con la Fundación Gil GayarreFundación Querer, Fundación Garrigou, la Fundación A la Par y la Fundación Infantil Ronald McDonald. Nuestra idea es poder llegar a cuanta más gente mejor y poder apoyar económicamente a quien más lo necesite.

Queremos hacer un proyecto por Íñigo y no para Íñigo, por eso damos visibilidad a las enfermedades neurológicas.

Todas estas ideas salieron adelante durante el confinamiento del 2020. Fue un momento complicado a todos los niveles, de salud, laboral, personal y económico. Por eso decidimos que la producción de los calcetines se hiciera en España, fomentando así la producción nacional. También los diseños se inspiraron en temas muy nuestros, como los calcetines Quijote , los calcetines Linces, los calcetines Flamencos y Flamencas o los calcetines Cabra Loca.

Haciendo un guiño a la discapacidad de Íñigo y bajo el lema «ser diferente es algo común», hemos introducido un elemento diferenciador en todos los modelos, un motivo único en cada diseño.

Apostamos por el algodón 100% orgánico que, unido a la producción de cercanía, hace que podamos reducir las emisiones de CO2 y fomentar una forma de cultivo sostenible.

Carocho, gente que se viste por los pies.

“Ser diferente es algo común”l

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